En el verano se incrementa la deshidratación y podemos combatirla consumiendo frutas y verduras.
En verano el calor aumenta la sudoración, unido al hecho de que se incrementa la actividad física al aire libre, los expertos recuerdan que necesaria una mayor atención a la deshidratación, por ello recomiendan aumentar la ingesta de agua, y complementarlo con el consumo de frutas y verduras, que son los alimentos que más agua proporcionan al cuerpo.
"El consumo de frutas como la sandía o el melón con un 93% y 88% de agua en 100 gramos de porción comestible, respectivamente, pueden aportar al cuerpo hasta un 25% del agua que necesitamos", explica la doctora Julia Álvarez, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Esta experta recuerda la importancia de mantener el equilibrio de agua y las sales minerales en el organismo, para mantenerlo recuerda que es importante hacer caso a la sed, ya que "es una señal que nos avisa de la necesidad de beber líquidos para evitar la deshidratación".
Respecto a cuál es la ingesta media necesaria, recuerda que la variabilidad extrema en las necesidades de agua, basadas en las diferencias del metabolismo y en condiciones ambientales y en la actividad, imposibilita dar un nivel único de consumo de agua que asegure una hidratación adecuada y una salud óptima para todas las personas aparentemente saludables.
No obstante, recuerda que "se recomienda en general un consumo de agua de 3 litros al día para varones y de 2,2 litros diarios para mujeres". Estas cifras se han calculado a partir de las recomendaciones sobre ingesta de agua del Instituto de Medicina de Estados Unidos en 2004, que estableció valores de Consumo Adecuado de 3,7 litros/día en hombres y 2,7 litros/día en mujeres.
El 80 por ciento de las necesidades de agua se obtiene a partir del agua y otras bebidas y el 20 por ciento restante proviene del agua obtenido a partir de los alimentos que se ingieren.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el contenido corporal de agua es variable según la edad, el sexo y el contenido corporal de grasa. "Puesto que la grasa no es soluble en agua, a mayor cantidad de grasa corporal, menor porcentaje de agua, lo que explica las diferencias entre hombres y mujeres, de forma que mientras que en los primeros el agua corporal supone alrededor del 60% del peso, en mujeres es de alrededor del 50 por ciento", advierte.
Las diferencias del contenido corporal de agua se dan también en ancianos, en los que se reduce el porcentaje de agua a 50% en varones y a 40% en mujeres debido a una menor masa muscular y una mayor masa grasa, así como en los niños, quienes almacenan menos tejido adiposo y tienen hasta un 75% de agua en sus dos primeros años de vida.
Fuente: infosalus.com
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